1LIBRO de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
2Abraham engendró á Isaac: é Isaac engendró á Jacob: y Jacob engendró á Judas y á sus hermanos:
3Y Judas engendró de Thamar á Phares y á Zara: y Phares engendró á Esrom: y Esrom engendró á Aram:
4Y Aram engendró á Aminadab: y Aminadab engendró á Naassón: y Naassón engendró á Salmón:
5Y Salmón engendró de Rachâb á Booz, y Booz engendró de Ruth á Obed y Obed engendró á Jessé:
Siguiente Versículo 6El Evangelio de Mateo (en griego Katá Matthá?on evangélion) es uno de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento.
Los evangelios son tradicionalmente impresos con Mateo primero porque todas las listas primitivas que existen de los evangelios lo ponen como el primero (tradición recogida y defendida). Es seguido por Marcos, Lucas, y Juan, en dicho orden.
La tradición, que se remonta a Papías de Hierápolis, atribuye su autoría a Mateo, un recaudador de impuestos a quien Jesús de Nazaret llamó para que le siguiera como uno de sus apóstoles. Papías dice que "Mateo recogió los dichos en la lengua de los hebreos, traduciéndolos cada uno como podía". Es orígenes quien identifica a este Mateo con el publicano del que el mismo Mateo habla en Mt 9:9. El problema es que el Evangelio de Mateo que conocemos es mucho más que una simple colección de dichos de Jesús, y que su lengua original definitivamente no parece ser el hebreo o el arameo.
A favor de la identificación del autor con el publicano homónimo, suele aducirse que este evangelista es el único que llama a este publicano "Mateo" (mientras que Lucas y Marcos lo llaman "Leví"); además, en la lista de los apóstoles, al nombre "Mateo" le añade: "el publicano" (Mt 10:3). Por otro lado se ha hecho notar que en su evangelio figuran 115 vocablos que no se hallan en los otros y tienen que ver con dinero, oro, plata, deudas, cuentas, cambios de dinero, etc., frases que estarían en la punta de la pluma de un publicano.
Sin embargo, la gran mayoría de los exegetas actuales indican que posiblemente este libro sea obra de un autor anónimo que utilizó para su composición tradiciones o documentos previos. Este autor sería judeocristiano y sería de la segunda o tercera generación de cristianos, puesto que no era testigo ocular del ministerio de Jesús (un testigo ocular no basaría toda su obra en una obra escrita anteriormente, sino que contaría lo que él vio)